Ensayo Libre

Mi Dulce Amor

Desde que era niña, he sufrido de una intolerancia lactosa y problemas digestivos. Siempre fue una lucha dolorosa, pero he lidiado con ella. Durante mi niñez, mis padres se aseguraban de que mantenía una dieta saludable. Por eso, yo no comía dulces, ni pasteles, ni galletas, etc. No obstante, un día conocí al chocolate y así comenzó mi tórrida aventura amorosa. No me importaba si no tenía los dulces, pero no me pude resistir a el chocolate.

El Señor Chocolate y yo nos conocimos cuando tenía cuatro años. Yo era muy joven e ingenua. El señor chocolate tomo mi mano y me dirigió en un camino nuevo. No nos vimos mucho, pero cuando nos juntamos siempre la pasamos bien. A través de los años yo crecí y cambié mucho. Como yo crecía, así también crecía mi amor. La pasión del Sr. Chocolate era constante. Empecé a tener sentimientos y emociones fuertísimos; estaba ciega por mi pasión.

Dicho que el primer amor es una infatuación; no se puede separar de la obsesión. Para mí, eso fue una subestimación. Como Romeo y Julieta éramos amantes contrariados por las estrellas. Mis padres no me permitían que yo veía al Sr. Chocolate. Eventualmente, ellos no podían separarnos y pasábamos juntos todos los días. Si mis padres no nos descubrían, nos veíamos todas las noches también.

            Por mucho tiempo, tuvimos una relación apasionada. Sr. Chocolate me dio todo su apoyo. “Te parezco gorda?” yo le preguntaba. “No mi amor, sólo demuestras tu amor por mí,” decía él. Sin embargo, todo lance de pasión está lleno de drama. Yo creía que éramos diferentes, pero me equivoqué. Al empezar en la universidad desarrollé un acné horrible. Siempre, había tenido buen cutis y no pude prever un acontecimiento como este. El Sr. Chocolate me dio otra vez todo su apoyo, pero empecé a pelear con él. Yo sabía, en el fondo de mi corazón, que él fue la causa del acné. Pasamos dos años peleando y finalmente, nos separamos. El acné despareció, pero mi corazón roto no se ha reparado.

            En todas partes que fui, me acordaba de él. El anhelo de reunirnos una vez más siempre era presente. Los años pasaban y empecé a salir con otro hombre llamado Vixen. Él aprendió de mi pasado dramático con el Sr. Chocolate, pero me dijo que no le importaba. Él tenía también problemas digestivos y había tenido una relación similar con la señorita Café y sus amigas lácteas. No obstante, él ha descubierto un suplemento digestivo que le permitía reconciliarle con las amigas de la señorita Café;  desafortunadamente, él no podía reconciliar con la señorita. 

            Aunque me gustó mucho Vixen, él podría ver que todavía yo estaba descorazonada por el Señor Chocolate. Con un gesto de altruismo puro, él me sugirió que  probara este suplemento.  Tal vez podría iniciar en una amistad nueva con mi chocolate amado. Tuve algunas dudas, pero mis expectativas fueron confirmada; el Sr. Chocolate y yo fuimos reunidos. Yo intentaba mantener una amistad casual con el Señor Chocolate, pero como dice el refrán; “los que juegan con fuego, se queman”. Me quemé horriblemente.

            Inicialmente, nuestra reencuentro fue tranquilo. Pero, la vieja llama que ha estado extinguida se ha vuelto a encender. Empezamos a pasar mucho tiempo juntos. Intenté esconder a mi amante pero el acné comenzó a reaparecer. Le dije a Vixen que últimamente había tenido mucho estrés y por eso desarrolle el acné. Él estaba renuente, pero me creyó. Un día cuando creía que él estaba en el trabajo, comencé a darme un capricho con Sr. Chocolate. En ese momento, escuche a alguien abriendo la puerta. ¡Dios mío! Él terminó de trabajar temprano. Fue demasiado tarde. No pude encubrir mis diabluras. Él entró en la casa. Con mi cara cubierta con el chocolate comencé a disculparme. Vixen simplemente me guiño y le sentó en la mesa con señorita Café.